ROMPECABEZAS//
Por ABEL LUNA ESPINOSA//
ENTRE LAS CONSECUENCIAS de todas las repercusiones por el cierre de escuelas en todo el país, tanto del sistema público como del privado, está la urgencia de darles a todos los estudiantes la plena seguridad de que esos espacios han cumplido con los protocolos indicados por las autoridades gubernamentales.
Pero para ello, habrá que señalarlo, son necesarios recursos presupuestales adicionales para la compra de sanitizantes, equipos para revisión de temperaturas, gel antibacterial, y, sobre todo, que el servicio de agua sea el adecuado para la higiene de los alumnos.
Hay 456 mil escuelas que no tienen este servicio, de acuerdo con cifras de algunos especialistas del sector. ¿Cuáles son las apremiantes medidas que aplica la Secretaría de Educación Pública para darle solución rápida antes del 31 de agosto, según previsiones presidenciales?
En esa dependencia se ha observado gran lentitud, desde el cambio de secretarios entre Esteban Moctezuma Barragán y Delfina Gómez Alvarez, para darle respuestas a estas necesidades en las escuelas porque, hasta donde ha trascendido en algunos medios de comunicación, los directores y padres de familia han quedado solos para el enfrentamiento de estas urgencias.
Una muestra de la parsimonia con que se han desenvuelto en la SEP, es que las páginas electrónicas del Sistema Nacional de Investigación y Estadística Educativa, Sistema Nacional de Consulta y Estadística Educativa, están inhabilitadas, no tienen ninguna información.
Además, las cifras disponibles proceden de la gestión del tiempo de gestión del exsecretario Moctezuma Barragán, para los años 2019 y 2020, en donde observamos que la mayor parte del sistema educativo básico recae en escuelas públicas, 230 mil 434, mientras en el privado hay 32 mil 232 recintos, quienes dieron clases en ese bienio a 25 millones 253 mil 306 alumnos,
Pero habrá que considerar que con el regreso a clases semipresenciales estas cifras cambiarán por la deserción escolar, entre quienes, lamentablemente, deben considerarse a los menores que perdieron a sus padres y que por causas económicas ya no estarán en las aulas.
Hasta el momento, públicamente y a poco menos de un mes, desconocemos los planes oficiales para darle respuesta a los alumnos que demandarán espacio en las escuelas del país.
APARTE DEL APOYO psicológico que deberán tener tanto ellos como sus padres, tampoco pueden dejarse para después las consecuencias de los menores que han quedado huérfanos por esta situación.
En ese sentido los esfuerzos deberán de ser integrales, tanto de las autoridades de Educación Pública, Salud, Hacienda y Crédito Público, como con todos los gobiernos de los estados.
Esos acuerdos deben llevarse a cabo con urgencia, y no por la premura aplicarlos a la ligera, y no sólo buscando la foto para los medios de comunicación y tratar de demostrarle a la población que están trabajando en ese sentido.
Después de todo esto ¿qué sistema educativo, tanto público como privado, tendremos? ¿qué calidad podrá ofrecerse a los estudiantes frente al futuro inmediato que empieza a armarse hoy mismo?
Mi correo es: aluna55ster@gmail.com
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