Por Guillermo Pimentel Balderas/
Si la anterior administradora (¿?) del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, Florencia Serranía que, por cierto, sigue impune su pésima gestión, con el actual “calienta sillón”, Guillermo Calderón Aguilera, este medio de transporte colectivo cada vez se desprestigia, pero lo más grave es el terror o pánico que causa entre los millones de usuarios por los terribles incidentes y accidentes que han sucedido recientemente y que, hasta el momento, no hay respuestas razonables y de confiabilidad.
Conductores borrachos, peleas entre las mismas usuarias, agresiones con arma blanca, desperfectos de vagones y de las vías del tren; además del pésimo servicio con andenes a reventar y retrasos en los tiempos de las corridas.
Ya no hay revisión de los pasajeros y de sus bolsos o mochilas, por lo que cualquier persona puede introducir libremente hasta un arma de fuego. Los protocolos de seguridad que tiene el Sistema, son obsoletos.
Y, por su fuera poco, las respuestas de los funcionarios del gobierno capitalino y del Metro, son más que risibles como: “El STC Metro exhorta a los usuarios a denunciar ante el personal de seguridad asignado a los andenes cualquier tipo de agresión que ocurra al interior de las instalaciones”.
Durante su encargo del metro a la señora Serranía, se desplomó un puente de la Línea 12, dejando un saldo de 25 muertos; presumía que también era la encargada del mantenimiento, declaraciones que ocurrieron justo unos días antes del incendio del 9 de enero en el Centro de Control del Metro, en la calle de Delicias. Luego lo negó.
En septiembre de 2021, el Colectivo por la Seguridad del Metro presentó en la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX) una denuncia penal contra Serranía por su presunta participación en los delitos de homicidio y daños al transporte, derivados del incendio del Puesto de Control Central del Metro donde murió una policía, y llevó a la suspensión de la mitad de la red cuando ya había un diagnóstico de fallas en la estructura y en el mantenimiento en general.
A la ingeniera mecánica le sucedió un químico, Guillermo Calderón, quien ha resultado peor el remedio pues legisladores locales del PAN han solicitado su comparecencia debido a los recientes fallos en el sistema, como incendios, choques, vagones que caminan con puertas abiertas y retrasos en el servicio.
O sea, más de lo mismo y siguen en grave riesgo millones diarios de usuarios a pesar de las reiteradas peticiones desde la sociedad civil para mejorar el mantenimiento y destinar los recursos suficientes para comprar equipo, herramienta y refacciones indispensables.
Para el PAN, queda claro que para Sheinbaum no es importante la seguridad de la ciudadanía, sino más bien sus actos anticipados de campaña y la promoción, por lo que es un despropósito y una afrenta a los capitalinos que se arriesgan día a día con esta serie de omisiones en el Metro.
Pese a los múltiples señalamientos por las fallas constantes en el Metro, Sheinbaum ha respaldo a Serranía y, ahora a Calderón y, mejor le pone más atención a su precampaña disfrazada.
Tenga usted la seguridad de que Serranía y, porque no, Calderón, puedan tener una candidatura a una diputación o una senaduría por parte de Morena en las próximas Legislaturas. ¿Sera?
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