POR CECILIA GARCÍA/
La presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Dulce María Sauri Riancho, subrayó que la polarización nacional no le sirve a los procesos democráticos mexicanos, cuya verdadera importancia es el día después, en el que los resultados deben aceptarse y seguir la vida cotidiana.
En su participación en la Reunión de la Misión de Observación Electoral de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL), afirmó que el proceso electoral es un momento en el que las personas manifiestan su voluntad y una vez obtenidos los resultados la vida continúa, y la democracia tiene como fin supremo tutelar el derecho ciudadano a cambiar de opinión.
“Es decir, que haya instituciones electorales que protejan que si hoy voto por A y dentro de tres años decido votar por B, mi decisión va a ser respetada y mi opinión considerada”, agregó.
Destacó que la próxima es una elección que se ha dicho, y con razón, que es la más grande de la historia de México, y tiene que ver no con el cargo de la Presidencia de la República, o el Senado, sino con la simultaneidad de las elecciones en las 32 entidades federativas.
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