- No hay nada que celebrar por “El Día de la Alimentación”. Solo propósitos y acciones fallidos en régimen que concluyó.
- Dirigentes agrarios afirman que se soportó una política social y agraria errática con programas y presupuestos asistencialistas.
- Se prometió lograr la autosuficiencia alimentaria y que seria “el sexenio del campo”, refirió el doctor en Economía Agrícola Cruz Alberto Uc Hernández.
Por Guillermo Pimentel Balderas
Solo promesas (de campaña) hubo en el régimen de López Obrador de que seria “el sexenio del campo en México”. La realidad los desbordó con propósitos y acciones fallidos.
Hubo un gobierno que prometió alcanzar la autosuficiencia alimentaria, pero… no cumplió. Provocó el aumento de las importaciones de alimentos. Existe un campo descapitalizado, en abandono y a merced de la inseguridad.
Dirigentes campesinos han surgido un cambio en la política social y agraria del país para que sea atractivo para invertir, con crédito y aseguramiento, con programas y presupuestos que ataquen de frente las causas de la pobreza y desigualdad en el campo.
El doctor en Economía Agrícola Cruz Alberto Uc Hernández, presidente del Consejo Directivo Nacional de la Federación de Colegios de Agrónomos de la República Mexicana (FCARM), en entrevista con este reportero, dijo que no hay nada que celebrar por “El Día de la Alimentación” (16 de octubre), con un campo en ruinas y bastante golpeado con más pobreza y desigualdad.
Insistió en que en el sexenio que recién concluyó se prometió lograr la autosuficiencia alimentaria, y en forma contundente, se comprometió a que se castigaría y se evitaría la corrupción.
Sin embargo, ¿qué sucedió?… ya en el ejercicio del poder no se logró la autosuficiencia alimentaria, por el contrario, sigue incrementándose la importación de maíz, trigo y arroz, así como ser cada vez más dependientes del exterior.
Asentó que por primera vez desde 1921 al agro se le dejo sin un banco especializado en el crédito agrícola para la atención de los pequeños y medianos productores. “El cierre de la Financiera Rural fue objeto de una opinión del secretario de Hacienda como un gran despropósito del gobierno que recién terminó”.
Explicó que desde el inicio de la etapa posrevolucionario se reconoció que, dotar de tierra a los productores sin crédito, no ayudaría a resolver el problema económico y social en el campo. En cambio, “fuimos testigos de la destrucción del sistema financiero rural, con el mismo argumento en la destrucción de otras instituciones”.
Agregó que “en este contexto, para solucionar el problema de la corrupción y de la “estafa maestra” (en el gobierno de Peña Nieto) se inventaron nuevos programas en el campo como la tristemente célebre SEGALMEX, que, pese haberse documentado por el equivalente a tres estafas maestras, no ha sido objeto de investigación su primer director (Ignacio Ovalle), con el argumento risible de que fue engañado por sus subalternos. Por lo que, en el tema del combate a la corrupción, tampoco se entregaron buenas cuentas”, apuntó.
Así las cosas, no hay nada que celebrar, pero… “Esperamos que, en el Presupuesto de Egresos de la Federación, que en breve deberá enviar la presidenta (Claudia Sheinbaum), sea analizada y aprobada en la cámara de Diputados con un sentido social y productivo”.
Al hacer un poco de historia, el profesionista de la agronomía recordó que México desde el año 2015, justo a mediados del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, se logró, después de más de tres décadas, la balanza agroalimentaria positiva, es decir, “empezamos a exportar más de lo que importábamos”.
Refirió que sin duda, esa fue una buena noticia, porque nos hablaba de los buenos resultados en materia de política agrícola. “Pero ¿que fue lo que se hizo bien?: profundizar en los apoyos para aumentar la producción y productividad, con programas para fortalecer a las unidades productivas con infraestructura de riego, almacenamiento, procesos agroindustriales, apoyos a la comercialización y financiamiento rural”.
Enmarcó, de manera muy notable, la atención a las organizaciones de productores, que muchas de estas sirvieron como el vínculo entre los pequeños productores y las instituciones del agro: SAGARPA, SEDATU, SEMARNAT, Financiera Rural, SEDESOL. “Cada una de éstas con diversos organismos desconcentrados que proveían de bienes y servicios públicos de primer orden al medio rural, en el tema de sanidad animal y vegetal el SENASICA, en tema de mercados rurales ASERCA, en el tema de alimentación el sistema DICONSA, entre otras”.
Explicó que para la operación de estos programas se usaron esquemas de dispersión de recursos usando una estrategia que involucraba a organizaciones de la sociedad civil y en su caso, Universidades, sistema que permitió evitar los subejercicios en el gasto, que no significo el desvío de recursos, ni mucho menos el enriquecimiento ilícito de funcionarios que en aquel entonces se encargaron de operar estos programas”.
“Por el contrario –añadió-, este proceso administrativo del ejercicio del gasto permitió que se ejerciera la totalidad de los presupuestos aprobados por la cámara de Diputados, y en muchos de los programas con el apoyo y supervisión de las organizaciones de productores rurales”.
Agregó: “El saldo de esta política rural, ciertamente le permitió a México consolidarse como la décima potencia agroexportadora, quedando como un gran pendiente avanzar hacia la autosuficiencia alimentaria”.
Pero… “En el sexenio que recién concluyó, se prometió lograr la autosuficiencia alimentaria, que sería el sexenio del campo, y muchos entendimos que también del proceso organizativo de los pequeños y medianos productores. Que se castigaría y se evitaría la corrupción, entré otras ofertas políticas en campaña”.
Sin embargo, ¿Qué sucedió…? cuestionó y se respondió: “ya en el ejercicio del poder no se logró la autosuficiencia alimentaria y, por el contrario, se ha incrementado la importación de maíz, somos cada vez más dependientes del exterior en granos básicos como el maíz, trigo y arroz”.
Solo propósitos fallidos, por primera vez desde 1921 al campo se le dejo sin un banco especializado en el crédito agrícola para la atención de los pequeños y medianos productores. El cierre de la Financiera Rural fue objeto de una opinión del secretario de Hacienda (Rogelio Ramírez de la O) como un gran despropósito del gobierno que recién terminó”.
Reiteró que, así las cosas, no hay nada que celebrar por el Día de la Alimentación. Insistió: “Esperamos que, en el Presupuesto de Egresos de la Federación, que en breve deberá enviar la presidenta, sea analizada y aprobada en la cámara de Diputados con un sentido social y productivo” y resaltó el slogan de la Federación de Colegios de Agrónomos de la República Mexicana: “Incidir para transformar el campo”.
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