LO QUE NO FUE NO SERÁ
Todo indica que pese a la ‘tormenta perfecta’ de escándalos, el titular de la CFE es intocable e inmune en la 4T… para muestra un botón: Acuérdense de la foto del desayuno de barbacoa en Querétaro: AMLO, Bartlett y el titular de la la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto Castillo, después de su exoneración por parte de la SFP… ¿Así o más claro el mensaje?
“La corrupción ha existido desde hace mucho tiempo, por lo que es muy vieja, pero todos los años, en vez de morir, se vuelve cada vez más sutil y vivaz”: Carl William Brown.
POR MARKOFLOS
En diciembre pasado un reportero le preguntó a Manuel Bartlett en Palacio Nacional: ¿Cómo va la investigación de sus propiedades y empresas?
La respuesta inmediata fue: “El Tren Maya va muy bien… Chu… Chu… Chu”… Lo advirtió José López Portillo, el presidente cuyo lema fue “la solución somos todos” y que el pueblo sabio convirtió en “La corrupción somos todos”.
Profetizó el ex presidente: “El peligro es que nos convirtamos en un país de cínicos”.
Es innegable que gran escándalo se ha armado en las redes sociales y en los medios de comunicación por dos asuntos en que está involucrado el director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz.
Primero: la compra del IMSS de los ventiladores a empresa de su hijo, y segundo: el descubrimiento de que la casa de campaña fue alquilada y enajenada a Morena por una empresa en la cual es socio mayoritario Jesús Hernández Torres, quien ha sido su colaborador por más de 45 años.
En 2019 se le acusó de no incluir 23 inmuebles en su declaración patrimonial.
Al respecto el Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en diciembre pasado: “Pruébenlo. Por lo que corresponde a nosotros, el señor es el presidente de la CFE. A ver, ahí, ¿cuáles son las transas, los contratos entregados como se hacía antes, por influencia?”, y añadió que no se puede acusar sin pruebas.
Manuel Bartlett fue exonerado dos días antes por la Secretaría de la Función Pública (SFP) de las acusaciones en su contra de enriquecimiento ilícito y conflicto de interés.
EL FUNCIONARIO INTOCABLE E INVENCIBLE
Sin lugar a dudas, y no lo digo yo sino así lo indican los hechos, Manuel Bartlett es intocable e invencible… y así lo ha sido durante más de cuarenta años en las “Big leaguers” de la política mexicana.
Son varios y graves los asuntos en los que se le ha querido involucrar y acusar. Nunca nada se le pudo comprobar respecto a su participación en el asesinato de Enrique Camarena, agente de la DEA; tampoco del asesinato del periodista Manuel Buendía.
En precampaña presidencial, en la que él era fuerte precandidato, no se pudo comprobar que él fuera el promotor del “pasquín” en que se acusaba a Carlos Salinas de Gortari y su hermano del asesinato de su sirvienta cuando eran adolescentes.
Nadie pudo aportar pruebas de que alteró las cifras del resultado electoral de las elecciones presidenciales de 1988; tampoco de la invasión de tierras de Clouthier (declarado crítico y opositor personal) cuando fue candidato a gobernador, ni de estar involucrado en el accidente que perdió la vida después de haber sido candidato a la Presidencia.
Cabe aclarar que fue en 1989, ya no era secretario de Gobernación. Tampoco se le ha probado algún caso de corrupción como titular de Gobernación ni en la Secretaría de Educación Pública (SEP) ni como gobernador poblano.
Aunque nos pese a quienes todavía creemos en la “ética política”, o en que hay políticos con ética, hay que reconocer que Bartlett es el prototipo de político exitoso, negociador, estratega, inteligente y temido. Bien podría considerársele “Maquiavélico”, por su desempeño y porque ha sabido estar cerca de quienes otorgan el poder, los Presidentes.
Hijo de un ex mandatario de Tabasco, se preparó académicamente para ser político profesional con estudios en la UNAM, Francia e Inglaterra.
A principios de 1979, mitad del sexenio de José López Portillo, el secretario de Hacienda era David Ibarra Muñoz y el subsecretario Miguel de la Madrid Hurtado. En esas fechas se filtró que el secretario David Ibarra sustituiría a su subsecretario, quien al saber que era inminente el relevo, y su consecuente desempleo, quiso buscar una salida decorosa.
Por ello fue a pedir apoyo a Bartlett Díaz, entonces director de Asuntos Políticos Bilaterales, Consulares y de Límites y Aguas Internacionales de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), a quien tenía poco tiempo de conocer por eventos gubernamentales.
Miguel de la Madrid le pidió interceder ante el secretario Santiago Roel para que lo designaran cónsul en alguna ciudad de Estados Unidos, Bartlett lo apoyó y se programó su nombramiento. Sin embargo, el 16 de mayo de 1979, hubo cambios inesperados en el gabinete. Miguel de la Madrid fue designado secretario de Programación y Presupuesto. Ese mismo día renunció Santiago Roel a la SRE, por lo que Manuel Bartlett renunció a su puesto en Relaciones Exteriores y fue nombrado asesor de Miguel de la Madrid Hurtado para asuntos políticos. En este cargo participó en la formulación del Primer Plan Global de Desarrollo. Como asesor político, Bartlett encabezó las aspiraciones de De la Madrid a la candidatura presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para las elecciones de 1982.
La anterior anécdota habría de marcar el destino de Manuel Bartlett para una impresionante trayectoria en el primer nivel del sistema político mexicano, desde 1981 hasta nuestros días.
UNA TRAYECTORIA POLÍTICA DE PRIMER NIVEL
El 25 de septiembre de 1981 Miguel de la Madrid fue postulado candidato del PRI a la Presidencia, Bartlett asumió entonces de forma oficial la coordinación general de la campaña y el 14 de octubre del mismo año recibió formalmente el cargo de secretario general del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, cargo en el que permaneció hasta el 1 de diciembre de 1982. Fue designado secretario de Gobernación durante todo el sexenio de Miguel de la Madrid y como tal fue responsable de organizar las elecciones de 1988 en las que salió electo Salinas de Gortari, una elección marcada por la famosa ‘caída del sistema’.
De 1988 a 1992 fue miembro del gabinete de Carlos Salinas de Gortari como secretario de Educación Pública. En 1992 el PRI lo postuló candidato a la gubernatura del estado de Puebla, fue electo gobernador el 8 de noviembre de 1992 y tomó posesión el 1 de febrero de 1993 para un periodo completo hasta el 31 de enero de 1999.
En 2000 fue postulado por el PRI como candidato por el principio de representación proporcional al cargo de senador de la República resultando electo. Desde el año 2000 se distanció del PRI y para las elecciones de 2006 llamó a los priístas a dar un “voto útil” en favor del candidato Andrés Manuel López Obrador.
En 2012 es electo nuevamente senador plurinominal formando parte de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado y coordinando el grupo parlamentario del Partido del Trabajo.
El 27 de julio de 2018, López Obrador anunció que al asumir la Presidencia de México, el 1 de diciembre del mismo año, lo nombraría director general de la CFE.
SU DESEMPEÑO EN EL PODER, RELATADO Y VIVIDO POR UN EX COLABORADOR CERCANO
Para conocer la forma en que se desempeñaba y ejercía el poder Manuel Bartlett, recurrimos a anécdotas vividas por un ex colaborador -omitimos su nombre-, muy cercano de quien fuera su secretario particular en la Segob, Rubén Guerrero Zorrilla, en quien delegaba asuntos de confianza y de trabajo político fino: procesamiento de información política; grabación de llamadas telefónicas y espionaje a partidos de oposición y empresarios; escritos y líneas de información y pagos para columnistas y periodistas del momento.
También pagos millonarios directos que se hacían a líderes de partidos alineados como el PRI, PARM, PFCRN, PPS y de oposición como el PMT y el PSUM.
Bartlett contaba con un equipo muy completo: subsecretarios Fernando Elías Calles, principal operador político; Fernando Pérez Correa, que monitoreaba y controlaba los medios de comunicación, y el coronel Carrillo Olea, quien veía los asuntos de seguridad nacional, con él estaban adscritas las Direcciones de Investigaciones Políticas, a cargo de Oscar de la C, y la Dirección Federal de Seguridad, a cargo de José Antonio Zorrilla, quien años después sería declarado autor del asesinato de Manuel Buendía.
En el equipo de Bartlett también figuraba, como su secretario técnico, Javier Moctezuma Barragán, con quien colaboraba Beatriz Leicegui. Su secretario auxiliar era Antonio Cantú. Rubén Guerrero debía entregar al secretario al menos dos cortes informativos diarios: uno de las llamadas del día que revisaba nuestro informante y otro que elaboraba Alejandro Rubido, del monitoreo que hacían los delegados en todo el país de lo que después sería el Cisen al fusionarse la DIP y la DFS.
CONTROLABA POLÍTICAMENTE AL PAÍS
Con todo ese aparato Bartlett tenía el control político total del país. Algunos de los personajes a quienes se les monitoreaban llamadas telefónicas eran los dirigentes empresariales y del PAN Pablo Emilio Madero, Luis H. Álvarez, así como candidatos a gubernaturas como Francisco Barrio en Chihuahua, Manuel Clouthier en Sinaloa.
Recuérdese que el PAN logró su primera gubernatura hasta 1989, con Ernesto Ruffo en Baja California.
Las elecciones para gobernador en Chihuahua en 1986 dejaron la impresión de que se consumó un gran fraude contra el candidato panista Francisco Barrio. A Barrio se le tenía muy monitoreado, se sabía de los apoyos económicos que le daba el empresario Francisco Terrazas, las medicinas que tomaba y cuando se supo que el cantante Juan Gabriel le manifestó su apoyo, en poco tiempo estuvo a punto de ir a la cárcel por deudas fiscales.
Hubo tomas de carreteras y de puentes internacionales; Luis H. Álvarez inició una huelga de hambre e incluso el Episcopado local amenazó con suspender las misas.
Pese a todo, y gracias a la eficiente operación política de Bartlett, el PRI impuso a su candidato. En el caso de las elecciones en Sinaloa, Clouthier, desde el mismo día de los resultados, acusó un “gran fraude” en favor de Francisco Labastida y acusó abiertamente a Bartlett de haberlo operado.
En un mitin que organizó frente a la casa de Labastida, luego de colocar veladoras, Clouthier dijo: “Así como Calígula hizo senador a su caballo, así Bartlett impuso como gobernador a Francisco Labastida”.
Nos cuentan que esa expresión le cayó como bomba al secretario de Gobernación. También se supo que dos meses después, grupos de campesinos invadieron las tierras de Clouthier.
Cuando surgió la Corriente Democrática en 1986, Bartlett y Lugo Verduzco -presidente del PRI-, atendiendo la instrucción presidencial, nunca consideraron su petición de democratizar el proceso de selección de candidatos dentro del partido.
Al principio se minimizó la importancia de esta corriente: se pensó que el movimiento de Porfirio Muñoz Ledo y Cuauhtémoc Cárdenas obedecía sólo a las ambiciones personales. En marzo de 1987 fueron expulsados del PRI los integrantes de esta “ccrriente”.
EL MÁS EFICIENTE OPERADOR POLÍTICO
Manuel Bartlett fue el más eficiente operador político para implantar el autoritarismo de Miguel de la Madrid. En la concepción del ex mandatario, fielmente interpretada por Bartlett con una visión maniquea de los actores políticos, heredera del apotegma “el que no está conmigo, contra mí está”, con ecos del lenguaje de El príncipe, quien preferirá ser temido a ser amado.
Bartlett Díaz cumplió a cabalidad su papel de secretario de Gobernación hasta entregar el poder a Carlos Salinas.
Gracias a su habilidad política, esquivó la acusación de fraude con motivo de la célebre “caída del sistema”. Por la alianza que hizo con Salinas cuando supo que él no sería el “ungido” y a su desempeño en la jornada electoral, el 1 de diciembre de 1988 Manuel Bartlett fue designado titular de la Secretaría de Educación Pública. Rubén Guerrero fue designado oficial mayor y nuestro informante, director de Compras de la SEP.
La consigna de Rubén Guerrero fue limpiar esa Dirección de corrupción “porque sería la imagen de él y del secretario”. A ese director de Compras le encargaron requerimientos urgentes del secretario: un auto Cutlass de lujo, color negro, y un sillón tipo “Romano” de piel negra en donde descansaría el secretario, en la parte posterior de la espléndida oficina que alguna vez ocupara Vasconcelos.
Sin embargo, apenas cinco meses después, en mayo de 1989, el oficial mayor Rubén Guerrero renunció por no estar de acuerdo en la intervención de Fernando Elías Calles en la negociación con la CNTE que tenía tomadas las calles. En su lugar fue nombrado Jesús Hernández Torres. Ese relevo coincidió con lo que sería la primera licitación pública de 3 mil millones de pesos, procedimiento que se había preparado para realizarse con total transparencia y apego a la ley.
El expediente de esa licitación le fue arrebatado al todavía director en funciones y fue manipulado por Enrique Serna, nuevo director general de Recursos Materiales. De esto alertó el nuevo subdirector de Compras, Mario López, en el sentido de que la licitación sería dirigida.
Cuando se iba a dar a conocer el fallo el oficial mayor Hernández Torres mandó llamar al director de Compras y le preguntó por qué no quería firmar el fallo, a lo que respondió que le habían quitado el expediente, por lo que sabía cómo se había integrado.
Entonces Hernández Torres le cuestionó si estaba insinuando que existía alguna “irregularidad”, a lo que el director respondió que no sabía.
Ante esta situación, le pidió presentar su renuncia en ese momento, por lo que se le pagó su quincena con corte a ese día.
Varios jefes de Compras -nivel jefe de departamento-, que había nombrado el renunciado director de Compras, en los siguientes meses le informaban de la gigantesca corrupción que prevaleció durante los siguientes cuatro años, hasta 1992, cuando se fue el secretario como gobernador a Puebla.
Se hablaba de carretadas de dinero semanales que los subdirectores López y Camacho entregaban a su jefe Jesús Hernández Torres. La mayoría de los proveedores sabía que la cuota no era menor al 10% sobre montos multimillonarios, las compras eran consolidadas para todo el país. Ahí acrecentaron sus fortunas los principales proveedores, entre otros, los Maccsise en impresiones, los Sacal en vestuario, en informática Theos, Ted y Mainbit, quienes años después habrían de ganar “Enciclomedia” con Fox en una licitación de 27 mil millones de pesos repartida entre cinco proveedores incluidos ellos.
En el gobierno de Puebla Jesús Hernández Torres fue designado director de “Angelópolis”, el más grande desarrollo comercial y residencial de Puebla de 1992 a 1998, con inversiones multimillonarias por parte de empresarios y el gobierno estatal.
Después de la histórica derrota del 2 de julio de 2000, la vieja guardia del PRI estaba en contra del presidente Ernesto Zedillo, a quien atribuyeron la histórica derrota.
“El presidente Zedillo ha perdido su capacidad de conducción, ha dejado de ser el líder moral del PRI. No debe mandar un minuto más”, arengó Manuel Bartlett, ex secretario de Gobernación y ex gobernador de Puebla. Las recomendaciones fueron ovacionadas en una de las reuniones priístas. Bartlett criticó los relevos de Zedillo en el PRI. La salida de Mariano Palacios Alcocer de la presidencia del PRI en 1999, su sustitución por José Antonio González y después por Sauri.
Agrupada en la adversidad, la vieja guardia no acató la decisión tomada en el entorno presidencial de reconocer a Dulce María Sauri y a Esteban Moctezuma, secretario general. Al tiempo que se daba la convocatoria de primarias para elegir al candidato presidencial del partido, en las que Labastida -con apoyo de Zedillo- venció al propio Bartlett, Roberto Madrazo y Humberto Roque.
EL TRICOLOR, DIVIDIDO EN DOS CORRIENTES
Fue así como quedó dividido el partido en dos corrientes: Zedillo contaba, entre otros, con la lealtad de Francisco Labastida, Diódoro Carrasco, secretario de Gobernación, Dulce María Sauri y Esteban Moctezuma, Arturo Montiel, gobernador del Estado de México, y Emilio Gamboa, secretario técnico del Consejo Político Nacional. Sus más enconados adversarios se agruparon con Bartlett y Madrazo, entre otros.
Manuel Bartlett se caracterizó por tener una visión política muy aguda. Impulsaba a jóvenes que les veía futuro, como fue el caso de Jorge Estefan Chidac, quien fue diputado federal por Puebla, mejor votado de todo el país, al grado de cambiar la Constitución local para que reuniera el requisito de la edad y poderlo nombrar secretario de Finanzas; después lo quiso impulsar para el CEN del PRI, pero le cerraron el paso.
De igual manera, siendo secretario de Gobernación, le otorgó un apoyo mensual a Fausto Alzati Araiza, un joven que ya había concluido la Maestría en Administración Pública en Harvard y que estaría por concluir el Doctorado en Economía Política, mismo doctorado que había hecho Salinas de Gortari. El apoyo se le entregaba a través de Pérez Correa.
A partir de que Fox Quesada asumió la Presidencia, Bartlett se empezó a manifestar como abierto opositor a sus políticas de gobierno, especialmente en materia energética. Apoyó y organizó diversas manifestaciones de la CNTE contra el gobierno de Vicente Fox.
Todo indica que el trato de Bartlett con la CNTE, como secretario de Educación, le permitió volverse aliado de ellos. Mucho se habló de que su patrocinio y alianza con la CNTE fue una valiosa herramienta que puso a las órdenes de AMLO y le valió su acercamiento y alianza con él en los años previos a las elecciones presidenciales de 2006… y otra vez su visión política, como lo prueba su participación en una marcha realizada en noviembre de 2003. Ese día se habían reunido a desayunar en el Centro Libanés Manuel Bartlett y José Murat con dirigentes de la CNTE y el SME.
En esa reunión -contó un testigo- Bartlett y Murat daban instrucciones y preguntaban si habían llegado todos los camiones y si ya estaba todo listo.
Momentos después salieron a encabezar la marcha que la reportera Mireya Cuéllar, de “La Jornada”, describió así:
“En Reforma unos jóvenes gritaron ‘¡oportunista!’ al senador Manuel Bartlett. Los contingentes avanzaban festejando la toma de la calle. Brincaban, porque ‘el que no brinque es amigo de Fox’’. Iban de la consigna a la mentada; tarareaban aquello de ‘sacaremos a ese buey de la barranca’’, a ritmo de banda oaxaqueña, porque el gobernador José Murat se trajo hasta a los músicos…. en el Zócalo de la Ciudad de México. Le gritaron al Presidente: ‘¡La patria se defiende!’, ‘¡no pasará la reforma eléctrica!’. Nadie dejó de llegar hasta la plancha, porque aquí, gritaban algunos, ‘nadie se raja’”.
El senador Manuel Bartlett no resistió. Apenas empezaban las muestras de que no se trataba de una llovizna cuando buscó la salida del Zócalo. Había dejado atrás a José Murat y al tabasqueño Oscar Cantón Zetina, con quienes marchó por Reforma con tal número de ‘guaruras’ que ellos solos -más los fotógrafos que los rodeaban- formaban un pelotón.
En el gobierno de Calderón ya se sabe la cantidad de manifestaciones que hubo de la CNTE y del SME. Las de la CNTE se prologaron y multiplicaron durante el sexenio de Peña Nieto y se resolvían con grandes cantidades de dinero que les entregaba Luis Miranda, subsecretario de Gobernación. Resultaban buena inversión a quien las financiaba, ya que al final obtenían mucho más dinero del que gastaban en su movilización.
UN POLÍTICO HÁBIL Y VISIONARIO… MIENTRAS AMLO LO PERMITA
Habrá que reconocer la habilidad y visión de Bartlett para estar desde 2018 en el gabinete ampliado de AMLO, haiga sido como haiga sido.
También reconocer que el Presidente es agradecido y leal para quienes lo han apoyado.
Que no se hagan ilusiones los “adversarios” de la 4T y los periodistas conservadores… pues por más información que tengan, nunca podrán probarle algún hecho de corrupción al director de la CFE, sobre todo porque la Fiscalía Anticorrupción está ausente y no acaba de iniciar su funcionamiento, además, acuérdense de la foto del desayuno de barbacoa en Querétaro: AMLO, Bartlett y el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto Castillo, después de su exoneración por parte de la SFP… Así o más claro el mensaje: “Lo que no fue no será”.
Nos convertimos en país de cínicos o será que “se ha terminado con la corrupción”. Además, ahora “Las escaleras -de la corrupción- se barren de arriba hacia abajo”.
Reitero: Bartlett es, en este gobierno y en definitiva, intocable e inmune… a menos que el Presidente López Obrador decida lo contrario, ya sea porque ya no le es útil o porque ya le empiece a afectar en su imagen en la lucha contra la corrupción.
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