*Gobierno capitalino, alcaldías y sindicato, dejan a su suerte a recolectores de basura ante COVID-19 Hasta el momento, van 94 muertos y siguen desprotegidos. Hay 10 mil trabajadores voluntarios de limpia que acuden a los hospitales, sin defensa alguna contra el virus y pueden contagiarse y ser transmisores del coronavirus.
Por Guillermo Pimentel Balderas
Según los mismos recolectores de basura en la Ciudad de México, ya van 94 de sus compañeros muertos debido a la emergencia por Covid-19. La mayoría, señalaron, fallecieron en sus casas y con síntomas relacionados al virus; por neumonía atípica, infarto, paro respiratorio, y fueron las causas de muerte asentadas en las actas de defunción.
Hugo Alonso Ortiz, secretario general de la sección 1, Transporte y Limpia, del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México, alega que si bien al principio de la pandemia no se les entregaba equipo de protección a los trabajadores, asegura que la situación se ha regularizado y que el problema radica en que a veces no los usan –tapabocas y guantes-.
En tanto, el Gobierno de Claudia Shembaum como que ni los ve… ni los oye -frase famosa de su último informe de gobierno, en septiembre de 1994, de Carlos Salinas de Gortari- pues siguen las irregularidades en contra de este sector laboral capitalino.
Los actores principales de este problema; o sea, los trabajadores de limpia, aseguran que en principio, el equipo de protección que les entregan no es adecuado y no es suficiente. Además, reclaman que están a la par de los médicos y las enfermeras, pues si bien ellos tienen contacto directo con los enfermos, ellos recogen todos los días desechos de estos utensilios para protegerse del virus tanto de hospitales como de los hogares, con el alto riesgo de contagiarse.
UAM, desnuda a gobierno y sindicato
De acuerdo a la investigadora Alethia Vázquez Morillas, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), para la recolección de basura, en la ciudad se cuenta con 10 mil 299 barrenderos; 8 mil 218 carritos recolectores y 94 barredoras mecánicas.
Cada semana –refiere- se recolectan más de cien mil toneladas de basura en la ciudad de México, algo así como 1.37 kilos de desechos sólidos al día por habitante. Para ello, el Gobierno capitalino cuenta con 14 mil trabajadores de base, 5 mil contrataciones eventuales y hay 10 mil voluntarios –sin salario ni prestaciones-.
Estos últimos, subsisten de la pepena y la cooperación económica de la población, según manifestaron a este reportero varios de ellos.
Estos 10 mil “trabajadores” que, a diario recolectan la basura en la capital de la república, inclusive de clínicas y hospitales; además de no tener ninguna protección o derecho laboral, también no la tienen en higiene sanitaria,.
En varios recipientes se encuentran regularmente guantes de plástico, cubrebocas, zapatos, batas, vendas, gasas, algodón y frascos de alcohol vacíos, muchos de ellos, supuestamente fueron usados para la atención de personas contagiadas por el Covid-19.
Sin embargo, y a pesar de lo preocupante y el peligro que significa esta falta de protección sanitaria, las autoridades, en especial, las alcaldías, solo les dotan de un cubrebocas a la semana. Los guantes, lentes y gel, los tienen que comprar ellos mismos.
Pero, no lo hacen porque apenas –dicen- les alcanza para subsistir con la pepena y la cooperación voluntaria de las personas; además de que lamentablemente hay mafias o familias que controlan la recolección y manejo de la basura.
Los entrevistados, se quejan de que solo a los choferes de los camiones se les proporcionan algunos de los implementos sanitarios, porque son sindicalizados, mientras que a ellos, aseguran, ni las autoridades del GCDMX, ni los alcaldes, ni tampoco el Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México (SUTGCDMX), les dan guantes y tapabocas para evitar el contagio.
En Iztacalco, por ejemplo, a estos trabajadores, les dan un tapabocas por semana y los guantes los tienen que comprar ellos. El gel, para nada, no lo usan, “está muy caro para ponerlo también de nuestros bolsillos”, alegan. Y, en la Gustavo A. Madero, en vez de cubrebocas, en algún momento se les dio un paliacate para cubrirse el rostro. Hoy, nada.
Cabe mencionar que todo lo que se traslada en los camiones recolectores de basura, llega a los grandes basureros, donde hay una infinidad de personas, entre hombres, mujeres, adolescentes y niños, pepenando los desperdicios. Sí, hay miedo a los contagios, pero más temen perder el trabajo.
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